Barrios Altos: el valor de la calle

En la discusión sobre el destino del recientemente colapsado El Buque o en las propuestas sobre la promoción de los valores arquitectónicos/patrimoniales de Barrios Altos, la experiencia de calle también merece atención. ¿Mejoraría Barrios Altos con El Buque bien «restaurado» y un circuito de paseos bien planeado, si la calle es poco hospitalaria con el caminante?

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En los últimos años no es inusual escuchar en Lima a mucha gente hablar -bien y mal- de cómo sus calles y vecindarios cambiaron con la proliferación de edificios para vivienda-multifamiliares. En muchos barrios consolidados de Lima, la altura de las edificaciones y la secuencia de fachadas se ha alterado drásticamente en un período bastante corto. Con ello, la experiencia de transitar por las calles, reconocerlas, ubicarse, también va cambiando. El boom de la construcción le dibujó otra cara a las vetustas Jesús María, Magdalena, San Miguel, y a parte de San Isidro y Miraflores.

Aislado de la gran oferta comercial de vivienda, y casi por el mismo período, Barrios Altos vivió otro boom de la construcción: los depósitos comerciales informales, asunto al que dediqué un post a propósito del incendio ocurrido en el Edificio El Buque a inicios del mes pasado. Esta semana, la Municipalidad de Lima dio su primera señal de fuerza para detener la destrucción de predios/invasión de depósitos en BA, al clausurar varios de estos locales. Una de las imágenes que difundió la Municipalidad de Lima durante su intervención (martes 4/12/12) muestra inspectores municipales caminando por el jirón Junín, en dirección oeste-este, cerca del cruce con el jirón Cangallo. Verla me causó mucha impresión, porque de buenas a primeras, simplemente no reconocí el lugar. Esta es la foto.

junin 12

Ocurre que a pesar de haber tomado muchas fotos allí, lo había hecho pensando en el cambio en las edificaciones y no en ilustrar cómo se experimentan esos cambios desde el nivel de la calle.  Para atender a esta preocupación -la experiencia de calle- busqué una foto que mostrara cuál es mi imagen mental, cómo recuerdo el lugar a partir de mi experiencia -que es, además como permaneció hasta hace pocos años-. Aunque la perspectiva no es exacta, creo que en la comparación se puede ver que la experiencia se ha vuelto «vertical» por la gran altura que han tomado las edificaciones, lo que en sí mismo no debería ser un problema, pero que en este caso lo es pues se trata de enormes bloques sin diálogo con el exterior (cemento sin revestir, enormes portones metálicos y pequeñas ventanas protegidas por barrotes), que han hecho de este jirón un «callejón oscuro».

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Pensando en quienes no conocen esta calle y también en quienes se ubican en la ciudad a partir de valores patrimoniales, agregaré que el jirón Junín concentra no pocos puntos de interés. Sólo en el sector que nos interesa ahora -la intersección con el jirón Cangallo- se ubican el Edificio El Buque, de un lado, y la Peña Horadada o Piedra del Diablo. Como puede verse en el planito de abajo, la calle Cangallo no continúa recta al cruzarse con Junín, sino que se parte, por lo que existe una esquina Junín Cangallo 1, donde se ubica El Buque, y una esquina Junín Cangallo 2, donde se ubica la Peña Horadada o Piedra del Diablo.

La Piedra del Diablo es el nombre criollo dado al vestigio de un adoratorio pre colombino, del que se puede consultar más información en la tesis de Patricia Morgado, aquí). Se trata de una leyenda local atribuida a una de las «Tradiciones Peruanas» escritas por Ricardo Palma. Según esta leyenda, el hoyo que atraviesa esta bella y enorme piedra negra, lo hizo nada menos que Satanás, huyendo de dos poderosos enemigos que se aproximaban a ese cruce de calles:  el Señor de los Milagros y la Virgen del Carmen, aludiendo a las procesiones católicas más arraigadas en la localidad. Un tercer punto a destacar en el entorno es la Iglesia y Monasterio del Carmen, a una cuadra de distancia; la torre de este templo, cuya planta data del siglo XVII, junto a El Buque, de origen republicano, fueron por largas e inconmovibles décadas los referentes de mayor altura en este sector de jirón Junín.

3Usando una foto tomada el verano de 2008 por Augusto Cabrera y una que tomé desde el mismo punto, 4 años después, podemos ver que la altura de los depósitos sobrepasa la altura de El Buque, que es de 11.95 metros- a nivel del techo terminado, según estos planos). El de los depósitos no es sólo un crecimiento abrupto. Es también ilegal. Los cuatro depósitos de esta calle que han sido clausurados superan las alturas permitidas (y por yapa, si cuentan los módulos de madera instalados en sus techos) y fueron construidos sin autorización, o no contaban con licencia de funcionamiento, o no habían tramitado su certificado de seguridad.

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Veamos ahora qué ocurre frente a El Buque, sobre la otra vereda del Jirón Junín. Para ello usaremos stills de video del reportaje de Marco Gamarra sobre la Peña Horadada, de la video nota de difusión del Concurso 5 ideas para el Centro, y una fotografía reciente, tomada por Jaime Cabrera luego del incendio, mientras la zona seguía acordonada. Aunque son vistas desde distintos ángulos, permiten ver algunos de los hechos que quiero remarcar como parte de la transformación de la experiencia a nivel de la calle. Uno, nótese que en el predio en esquina entre Junín y Cangallo – donde funcionaba irregularmente una gasolinera- se ha levantado un cerco perimétrico, muy probablemente porque ya se concretó una transacción para levantar un nuevo depósito. Con ello, la calle ha perdido un espacio abierto, y en su lugar tenemos ahora un largo muro. Dos, nótese el crecimiento del muro perimétrico del predio contiguo. Fijar la vista en el tablón de precios de la gasolinera ayuda a verlo.

4Como un modo de insistir en que los valores patrimoniales deben discutirse en diálogo con el entorno, que es dinámico, la siguiente imagen muestra la Calle desde la Peña Horadada, en su diálogo visual con El Buque. La última toma, la más actual, es un poco más abierta y permite apreciar la pronunciada curva que hace Junín justo antes de desembocar en la Plaza Italia.

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Finalmente, quiero mostrar la experiencia de la calle desde la esquina de Junín y Cangallo. Muy ligeramente deformada, la imagen emula la visual real desde Junín antes de cruzar Cangallo 2. Como vemos, un solo de muros que empequeñecen la extraña y hoy descuidada Piedra y eclipsan El Buque, además de hacer de esta curva un lugar inhóspito. Ojo, no es que antes haya sido un paraíso. Pero era una calle, no un túnel.

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Ver aquí la propuesta de los arquitectos Condori y Quequejana para El Buque, ganadora del Concurso «5 ideas para el Centro Histórico de Lima» (minutos del 03.30 al 06.55). Discrepo de la propuesta en dos puntos: 1. proponen mover de esquina La Peña Horadada «reinterpretando» la leyenda local (si expropio algo, sería el terreno del grifo, que permite abrir más la calle y «conectar» el Jirón Cangallo) 2. caen en lo que podemos llamar «la fantasía de la actividad cultural».

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