Miguel Ildefonso/ Noviembre de 2012
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Sueño de Pez o Neblina (Universo Bakterial, 2010) es el impecable y muy buen primer poemario de Teresa Cabrera(Lima, 1981).
Nos enseña una ciudad de Lima como voraz neblina que nos lanza el anzuelo, a veces, en pleno deseo: “el retorcimiento malévolo de los ácaros/ que celebran tu siguiente acceso de tos/ y la impotencia de mi amor”. Porque somos peces que nos ahogamos en las visiones que nos asechan cotidianamente, sea en el bus o en una loza deportiva de un barrio.
La poesía se mueve por una ciudad que se debate entre la Modernidad deshumanizadora (“los edificios nuevos/ el sueño/ la ciudad”) y la memoria histórica (“con su vuelo insidioso,/ a la usanza de su ancestro”) que aun pugnan por construir un nuevo discurso: “no desesperes/ pronto, un crujido te despertará y salvará a tu criatura”.
A su vez, nos describe un país, una manera de mirar lo que la urgencia de la vida nos ciega y nos impide ver, ya sea desde zonas periféricas de la ciudad de Lima, ese monstruo húmedo, de aire y agua (“el pensamiento es otro cielo”); o ya sea desde la intimidad del amor, del amor que nunca es de tierra, inasible como la neblina o el pez que se resbala, porque la tierra, como a “cualquier peruanito”, no nos pertenece: “las señales pasean dueñas por el puente/ sin entregar su pliego al que gobierna”.
Sueño de Pez o Neblina tiene un antecedente en Abajo Sobre el Cielo, de la poeta Roxana Crisólogo, y tiene también un excelente aprovechamiento del manejo técnico de Belli.